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Entrevista a Paulino Pastor (Presidente de Fedecai)

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A continuación os transcribimos la entrevista de Paqui Sáez a Paulino Pastor (Presidente de FEDECAI) publicado recientemente en la revista «El Instalador» 

«Era natural que Fedecai formara parte de IEQ-GA, pues compartimos objetivos, aunque en un mayor ámbito geográfico»

PAULINO PASTOR,
PRESIDENTE DE FEDECAI

A mediados de abril la Federación de Asociaciones de Calidad Ambiental de Interiores, de España y Andorra (Fedecai) entró a formar parte de pleno derecho de la Global Indoor Environmental Quality Alliance (IEQ-GA). Se trata de una organización constituida en 2019 con el objetivo de promover el conocimiento y la concienciación en el ámbito de la calidad ambiental en interiores, un asunto que sin duda ha cobrado la máxima actualidad en este último año con la llegada del SARS-CoV 2. 

Conversamos con Paulino Pastor, presidente de Fedecai, para conocer más sobre esta organización internacional y su papel a la hora de marcar pautas para cuidar el aire interior y fomentar la información y formación al respecto.

Paqui Sáez

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¿Podría explicar a nuestros lectores qué es exactamente esta organización y qué supone para Fedecai formar parte de ella?

La calidad de aire en interiores es una disciplina que desde hace unos años había ido adquiriendo relevancia en el ámbito de la climatización y ventilación de espacios cerrados, pero con la llegada del SARS-CoV 2 ha cobrado máxima actualidad.

La alianza, Indoor Environmental Quality Alliance (IEQ-GA), ya venía funcionando desde 2014 a través de un acuerdo firmado entre los miembros fundadores como una asociación. En 2019 finalmente se constituyó como organización registrada en Bruselas con el objetivo de promover el

conocimiento y la concienciación en el ámbito de la calidad ambiental en interiores. La idea es que la asociación sirva como plataforma global que facilite el intercambio de información sobre el medio ambiente en interiores, además de promover la educación y la investigación en este ámbito.

Fedecai tiene asimismo una trayectoria larga, y es la entidad de referencia en España en el ámbito de la calidad ambiental en interiores, coordinamos el grupo de trabajo de normalización sobre este campo en UNE (Comité Técnico 171, presidido por Gloria Cruceta) y desarrollamos programas de formación para técnicos de Calidad de Aire Interior, tanto medios como superiores. Para nosotros, era natural formar parte de una organización de este tipo cuyo objetivo es exactamente el mismo que el nuestro, pero en un ámbito geográfico mayor.

«Es esencial que las rehabilitaciones que se acometan en los próximos años tengan en cuenta la necesidad de cuidar el medio ambiente exterior, pero tanto o más importante es asegurar que la calidad del aire interior sea máxima, nos jugamos la salud de las personas»

¿Qué otras entidades forman parte de IEQ-GA? ¿Fedecai es la única representante de nuestro país?

Fedecai es, hoy en día, la única asociación española que forma parte directamente de la IEQ-GA, no obstante, Atecyr también participa muy activamente, en este caso a través de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Climatización (FAIAR). De hecho, fue gracias a mi papel, como representante de Atecyr en el consejo de Calidad de Aire Interior de FAIAR, como empezamos la conexión con la IEQ-GA que finalizó con la incorporación de Fedecai.

Estas son las asociaciones que forman parte de IEQ-GA :

Como se puede ver la alianza está compuesta por algunas de las organizaciones más importantes a nivel mundial en el ámbito de la climatización y la ventilación, sector para el cual la Calidad Ambiental en Interiores se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los aspectos estrella con los que puede contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida de las personas.

La pandemia ha puesto sobre la mesa la importancia de la calidad de aire interior. IEQ-GA es una agrupación multidisciplinar que puede aportar una visión global sobre cómo hacer frente al COVID-19 ¿Cuáles son las conclusiones más destacadas al respecto?

En efecto, en general, los miembros de la alianza, llevábamos ya muchos años involucrados en el campo de la calidad ambiental en interiores, por supuesto, mucho antes de la pandemia, pero es muy cierto que esta situación ha puesto de manifiesto que el aire es un vector de transmisión de enfermedades y que en los espacios cerrados insuficientemente ventilados o tratados puede incrementar drásticamente los contagios de infecciones entre personas.

En 2020, en los inicios de la pandemia IEQ-GA publicó un Documento de Posicionamiento en el que se hizo eco de un artículo de la Dra. Morawska, (Morawska, L. and J. Cao. 2020. Airborne transmission of SARS-CoV-2: The world should face the reality. Environment International v. 139.) promotora de una carta firmada por científicos de todo el mundo advirtiendo a las autoridades del hecho de que los virus podrían transmitirse a través del aire en los espacios cerrados no ventilados independientemente de la distancia entre las personas. Esta carta tuvo mucha relevancia mediática y ayudo a cambiar el enfoque de las administraciones sobre la pandemia y los vectores de transmisión.

Afortunadamente, ahora todo el mundo asume el hecho incuestionable de que el virus se transmite por aerosoles que pueden quedar concentrados en los espacios cerrados en ausencia de una correcta ventilación, filtración y/o purificación del aire. Una de las conclusiones más importantes que podemos extraer de este hecho, es que los sistemas de climatización y ventilación son una herramienta de primer orden que puede ayudar a minimizar la incidencia de COVID pero en general de cualquier enfermedad respiratoria de transmisión por aire.

¿Cuáles son las principales carencias que han detectado?

En la última década, el cuidado de la calidad ambiental en interiores se ha convertido en una necesidad, actualmente los grandes edificios de oficinas, centros comerciales, centros de transporte o algunos de los hospitales más importantes, llevan a cabo inspecciones y auditorías periódicas para comprobar la correcta calidad de aire en los edificios, de hecho, hay un mandato en el RITE que obliga a estas revisiones en instalaciones con las de 70 kW de potencia instalada.

Por regla general, los grandes edificios disponen de instalaciones correctamente diseñadas, instaladas, mantenidas y auditadas periódicamente, pero, el principal problema

que visualizamos se encuentra en instalaciones de pequeño o mediano tamaño, pequeñas oficinas en las cuales no siempre se dispone de ventilación o tratamiento de aire, escuelas que solo disponen de ventilación natural a través de ventanas, comercios o restaurantes que deberían actualizar sus instalaciones, centros sanitarios con instalaciones antiguas que requieren renovación, etc. La

buena calidad ambiental en los espacios cerrados no debería depender del tamaño de la instalación, todas están ocupadas por personas.

Europa está disponiendo fondos para la rehabilitación que van a ayudar a la descarbonización, la mejora de la eficiencia energética, y esto es una gran noticia porque ayudará al medio ambiente exterior y hará un mundo mejor, pero no olvidemos que el ambiente interior es nuestro ambiente más cercano, es donde pasamos la mayor parte de nuestra vida (especialmente los habi

tantes urbanos). Una persona de 55 años ha pasado 50 años en interiores (90% de nuestro tiempo), ¿Cuál es la calidad del aire que ha estado respirando?

Es esencial que las rehabilitaciones que se acometan en los próximos años tengan en cuenta la necesidad de cuidar el medio ambiente exterior pero tanto o más importante de asegurar que la calidad del aire interior sea máxima, nos jugamos la salud de las personas. Como dijo Pasteur,

“con el aire respiramos la mayoría de las enfermedades”

¿Y qué soluciones proponen?

Como ya he adelantado, una de las piezas clave será disponer de sistemas de climatización y ventilación capaces de aportar aire fresco en cantidad y calidad suficiente como para que el ambiente interior sea saludable y confortable.

En los últimos meses han surgido todo tipo de soluciones milagro que pretendían ser capaces de asegurar la calidad del aire interior mediante una tecnología determinada, o bien, soluciones ‘fáciles’ como abrir las ventanas y todo solucionado.

Desgraciadamente no es tan sencillo, asegurar la calidad ambiental interior requiere un enfoque multidisciplinar y que idealmente debería iniciarse en la fase de diseño de las instalaciones nuevas o en los procesos de rehabilitación, y se debería mantener en las diversas fases de la vida útil, instalación y operación y mantenimiento.

Para conseguir una correcta calidad ambiental, no se trata de aplicar una tecnología concreta, se trata de aplicar un conjunto de acciones que debe ser capaz de asegurar los siguientes requisitos:

¿Considera necesario unificar criterios a la hora de legislar sobre la importancia de la CAI?

En realidad, cada país está adoptando diferentes enfoques y tampoco eso es necesariamente un problema, lo más importante sería que, en nuestro ámbito europeo, la UE dispusiera una Directiva que obligase a los estados miembros a adoptar medidas tendentes a asegurar la CAI en todos los ámbitos, residencial, académico, comercial, hospitalario, etc. probablemente dejando libertad

a la hora de definir las formas y criterios, ya que cada país tiene una realidad diferente. Pero lo que debería ser innegociable es que se obligase a hacer algo. Por ejemplo, en Brasil acaban de aprobar una iniciativa para incluir el derecho a la calidad de aire interior ¡incluso en su Constitución! Es una iniciativa excelente, la OMS ya dispone de un decálogo que va en ese sentido. Y es cierto que es algo básico, en algunos entornos como el escolar, proteger la salud de los niños cuyos pulmones están en pleno desarrollo o en el ámbito hospitalariodonde desgraciadamente aún se mantiene aproximadamente un 7% de tasa de infección nosocomial. Lo asumimos como normal, pero no debería ser así, deberíamos movernos hacia la tolerancia cero frente a la mala calidad del aire interior.

¿Qué peso tienen a nivel gubernamental para que los diferentes estados apliquen políticas enfocadas a mejorar la calidad del aire interior tanto en edificios públicos como privados? ¿Cómo puede influirque se trata de una asociación del carácter internacional y que esté compuesta con entidades de gran prestigio a nivel global?

La alianza, de momento es reciente y aun no se ha calibrado suficientemente la capacidad de influencia en estos ámbitos, pero sin duda será un aspecto para desarrollar en los próximos años. En la medida en que se intensifique la labor de concienciación y divulgación, poco a poco, los planteamientos podrán ir permeando y tarde o temprano la administración seguramente se verá abocada a plantear acciones para la mejora de la calidad ambiental en interiores.

En Francia, por ejemplo, la administración está muy concienciada y ha puesto en marcha el Observatorio de la Calidad de Aire Interior (Observatoire de la Qualité de L’Air Intérieure). Uno de los estudios realizados por el Observatorio fue un análisis de los costes que supone

la mala calidad de aire a nivel del estado francés. Según publicaron, supone 19.500 millones al año, en pérdidas de productividad, absentismo, cuidados sanitarios, muertes prematuras, etc. 

Abundando en el problema de la mala calidad ambiental en el ámbito hospitalario, cada año se producen 3.200 muertes por infecciones nosocomiales en España y cada infección supone un sobrecoste de entre 9.000 y 11.000 €, lo cual supone millones de euros de sobrecoste al sistema sanitario. Desde el punto de vista médico se suele resaltar la necesidad del lavado de manos para paliar este efecto, lo cual es fundamental por supuesto, pero desde nuestro punto de vista se infravalora el impacto de la presencia de contaminación ambiental, especialmente de tipo biológico, y se infravalora la importancia que tendría que todos los hospitales dispusieran de instalaciones higiénicas y con capacidad para controlar a la perfección la contaminación interio. Eso sería una inversión que tendría retornos inmediatos, aparte de mejorar el problema ético y moral de hacer enfermar a los pacientes de algo que no tenían al entrar al hospital. Las nuevas instalaciones hospitalarias, afortunadamente, son cada vez mejores, pero aún hay mucho por hacer, en los centros más antiguos, sobre todo.

Este tipo de mensajes es el que se debe trasladar a la administración y tratar de conseguir que se entienda que destinar dinero a la mejora de la CAI no es un gasto, sino una inversión.

“Lo más importante sería que la UE dispusiera una Directiva que obligase a los estados miembros a adoptar medidas tendentes a asegurar la CAI en todos los ámbitos”

España tiene una normativa bastante exigente en cuanto a calidad de aire interior, sin embargo, hace falta un control del cumplimiento de la norma ….

En España, como hemos indicado anteriormente, las instalaciones de más de 70kW están obligadas de acuerdo con la ITE 03 del RITE a llevar cabo revisiones de la calidad del aire interior y de la higiene de los sistemas de climatización.

Estas revisiones constituyen un control de calidad del mantenimiento y por ello la norma obliga a que sean realizadas por parte de entidades independientes, es decir, las debe hacer una empresa mantenedora, pero no puede ser la misma que haga el mantenimiento del edificio en cuestión para evitar ser juez y parte, y además el personal debe disponer de formación acreditada. Creo que la norma está bien planteada, pero por motivos económicos, a veces no se hace o el trabajo o se hace en malas condiciones.

Desgraciadamente, aun hay muchos centros o edificios que no están cumpliendo la normativa y dado que no existe un control de dicho cumplimiento normalmente no ocurre nada, no hay sanciones ni repercusiones. Y esto ocurre en todo tipo de edificios, comerciales, oficinas, centros de transporte, pero también incluso en hospitales, y en ese caso hay vidas en juego, por lo que debería

ser inaceptable.

¿Están notando en este último año una mayor concienciación al respecto?

Desde luego, la situación de pandemia ha puesto la calidad de aire interior en el punto de mira y este año ha sido uno de los temas de debate, no solo en nuestro sector sino a nivel de la población general. Todo el mundo sabe ahora que el dióxido de carbono se puede usar para valorar la ventilación de los locales, hace décadas que lo llevamos haciendo, pero ahora se ha popularizado, lo cual es muy buena noticia para nosotros.

Una vez finalice la pandemia. ¿Qué tarea queda por hacer?

Creo que hay una labor importante de explicar que la calidad de aire interior era un aspecto importante para nuestro confort y salud antes de la pandemia y que lo seguirá siendo después. Y es importante transmitir que estamos hablando de un tema conmuchas implicaciones y variables, las enfermedades respiratorias en general catarros y gripes seguirán estando ahí, e incluso el coronavirus seguramente se convertirá en un problema endémico, además de otras muchas situaciones que no tienen nada que ver con la pandemia, por ejemplo, algunos edificios siguen manteniendo la presencia de materiales de construcción con amianto lo cual supone un riesgo de inhalación de fibras cancerígenas, y no se ha llevado a cabo un inventario como recomienda la

UE; el gas radón, segunda causa de muerte por cáncer de pulmón, accede a los edificios desde el subsuelo en zonas geológicamente proclives como Extremadura, Galicia, o ciertas partes de Madrid; algunos productos y materiales de construcción emiten formaldehido u otros químicos, algunos cancerígenos, y un muy largo etcétera de cuestiones asociadas a la edificación que pueden suponer riesgos para nuestra salud y que solo recientemente estamos empezando a tener en consideración.

A través de las asociaciones a nivel local y de la alianza a nivel global debemos llevar a cabo un tremendo esfuerzo para dar a conocer todas estas problemáticas y facilitar que se tomen soluciones tanto a nivel particular como a nivel de las administraciones. 

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