Ya conocemos de la importancia de la calidad del aire en el interior de los edificios desde múltiples perspectivas: la afectación de los campos electromágneticos en el ámbito laboral, medidas preventivas para depurar el aire en oficinas o talleres, la certificación de edificios para trabajar de forma saludable, tecnologías innovadoras para mejorar la circulación del aire, etc.
En todos ellos se destaca la importancia de una buena calidad del aire interior de los edificios para mejorar la seguridad y salud de sus ocupantes y/o su productividad pero sin ofrecer datos que cuantifiquen objetivamente estos beneficios. En esta noticia nos vamos a centrar justamente en eso, en cuantificar objetivamente los beneficios asociados a una buena calidad del aire interior a partir de los resultados encontrados en diversos estudios.
El primero de ellos, publicado recientemente bajo el titulo Associations of Cognitive Function Scores with Carbon Dioxide, Ventilation, and Volatile Organic Compound Exposures in Office Workers: A Controlled Exposure Study of Green and Conventional Office Environments, veinticuatro personas pasaron 6 días de trabajo completo (09:00-17:00) en un espacio de oficinas con ambiente controlado y en el que se simularon tres escenarios (Convencional, Green y Green+) en función de tres parámetros: ventilación, concentración de COVs y de CO2, siendo el escenario Green+ el más favorable.
En promedio, y en comparación con los resultados obtenidos bajo unas condiciones convencionales (aquellas que se encuentran normalmente en oficinas), las puntuaciones cognitivas fueron un 61% más altas cuando el día de trabajo se desarrollaba en condiciones Green y un 101% más altas en los días en que el trabajo se desarrollaba en condiciones Green +.
Estos resultados, y en palabras del Dr. Joseph G. Allen, principal investigador del estudio, son interesantes por tres razones:
Otros estudios han obtenido resultados similares, asociando la tasa de ventilación a una mejora en el rendimiento de las personas que trabajan en oficinas, a una reducción del absentismo y a una reducción de los sintomas asociados al síndrome del edificio enfermo.
Por tanto, parece demostrado que mejorar la calidad del aire mejora la productividad y la salud, pero, y enlazando con un reciente post que animaba a trabajar la seguridad y salud con un efoque de negocio, ¿sería económicamente rentable la implementación de medidas encaminadas a la mejora de la calidad del aire interior?. A continuación resumimos algunos ejemplos de cálculos llevados a cabo en diversos estudios a partir de la mejora de dos parámetros: temperatura y ventilación, que pueden ser de gran ayuda para aquellos gestores de la prevención a la hora de justificar delante de la dirección la implementación de medidas en este campo:
Temperatura:
Ventilación:
Como conclusión, y a tenor de los resultados presentados, mejorar la calidad del aire en el interior de los edificios parece ser un “negocio rentable“.
Autor: Alberto Sanz León
Noticias